Desbingüación o aprender a soltar
Desbingüación es una palabra que no existe, pero que sin embargo, tiene una fuerza descomunal. Su significado imaginario, y que nada nos puede describir esconde una única dirección hacia lo que se nos presenta en nuestra mente, una vez la escuchamos. Son de esas palabras, que sin saber muy bien lo que puede ser, crean una imagen en el cerebro. La primera vez que apareció ante mi esta palabra, le encontré enseguida un significado más cercano a nuestro lenguaje: Soltar, fue la palabra melliza que se formó en mí.
Soltar a personas, recuerdos, cosas, imágenes, es algo que hacemos durante toda nuestra vida, casi siempre, porque todos estos recuerdos vienen acompañados de un sentimiento un poco raro, una mezcla de lo bueno y lo malo que vivimos en esto que nos atormenta.
Es tan difícil soltar a una persona que ha pasado por tu vida y que te ha marcado, que crees que la desbingüación es solo un concepto por el que medimos todos los errores que hemos vivido y cometido en ese momento, en lo que todo funcionaba medianamente bien.
Un día te levantas y la primera imagen que te viene es la de esta persona, que a pesar de haberse marchado, sigue impregnando todo lo que te rodea, todo lo que respiras y vives. Lo que en un principio era algo bonito, porque parecía que no era más que un subidón de nostalgia desmesurada de su ausencia y de la que bebes, cuando el halo de soledad te invade en esos momentos, en los que se te viene el mundo encima, se convierte en un calvario. Todo esto, va a más a medida que pasan los días y sabes que esa persona, jamás de los jamases volverá a tu vida, porque entre los dos la habéis cagado de tal forma, que todo es irreconciliable y no hay paz en el mundo que se ponga por medio. Y aunque sientas una mezcla de rencor y rabia por ella, dejas todo en manos del tiempo, solamente él es el único que puede curar esas cicatrices, que hoy son más anchas que ríos con caudales desbordantes, nada puedes hacer, solamente esperar.
Sabes que si ahora hablases con ella, estallaría la madre de todas las guerras, porque los sentimientos están a flor de piel y las emociones en estos momentos, pasan malas jugadas a ambos. Por lo que lo mejor, es marcharse, esperar que las aguas del maremoto se retiren y dejen ver en su vuelta al mar, todos los destrozos ocasionados, para así volver a construir puentes.
Después de todo esto, viene un periodo intermedio de paz, en el que parece que ha desaparecido, o al menos, se ha alejado, y aunque en tu interior la sientes viva, ya no tiene tanta fuerza y tú por esa razón, estás un poco más relajado, pero también, un poco más triste. Todo está bien, hasta que alguien, en un día cualquiera, en una conversación que pensabas que no iba a salir, te la nombran, te la recuerdan, te preguntan por ella, es entonces cuando todo se desmorona, todo se pone patas arriba de nuevo y sabes una vez más, que nada ha curado en tu interior, no estaba muerta, solamente estaba adormecida. Y aunque no lo quieras decir en voz alta, quieres saber algo más de ella, que den una pista de lo que hace, de cómo está, de con quien está, de que si te recuerda, que casi siempre, esto último ocurre, porque como he dicho, siempre es reciproco. Y de nuevo, otra vez a comenzar a expulsarla, a olvidarla, a alejarla, en una palabra, desbingüarte de ella.
Lo bueno o malo, de todo esto, es que la otra persona padece lo mismo, aunque ella no te lo diga, es algo reciproco, es como una lucha de energías que van y vienen, aunque cada uno tiene una forma distinta de pasarlo. Que no muestre rasgos de padecerlo, no quiere decir que no lo esté viviendo y eso, a veces, te da un poco de ánimo, porque sabes que no estás solo en esto.
La Desbingüación, es el primer paso para dejar atrás el estancamiento, si no la sueltas, no avanzas, tienes que hacerlo, porque soltar a alguien, es dejar de resistir la realidad que te mata por dentro. Si no lo haces, podrás conocer mil chicas, que ninguna te gustará, a cada una le encontrarás mil defectos, mil cosas que te repatean y bastará con una conversación de cinco minutos, para saber que esa chica no es la que buscas, o por lo menos, te haga olvidarla. Puedes quedar con la chica más guapa del mundo, que te parecerá la más fea, con la más inteligente y aun así, creerás que no podría mantener una conversación interesante contigo, de algo que te apasione. Pero lo malo, es que esto pasa con todas, porque tienes a esta persona tan idealizada, que ya habita en mundos superiores y nada tiene que ver con el nuestro. Si todas la chicas que pasan por tu vida, las comparas con la que está dentro de ti, todas, absolutamente todas pierden, aunque muchas de ellas sean más brillantes y puedan ofrecerte un mundo mucho mejor. Cada cita se convierte es un calvario, en forma de prueba de fuego, porque vas con ese ansia de que pase algo cuanto antes y un mundo nuevo se abra hacia ti. Pero siempre ocurre todo lo contrario, ellas huelen que tú estás mal y deciden plantarte cuando se dan cuenta de ello, ya que ven, que no estás preparado y que a pesar de haber avanzado mucho en tu particular desbingüacion, aun te falta un largo camino que recorrer. La meta se divisa, pero aún está lejos.
Pero alguien aparecerá que te dé una oportunidad, alguien valiente, que decida apostar por ti, a pesar de lo que hay y definitivamente te sorprenda, porque estas historias, nunca curan, se olvidan o terminan del todo. Esto sucede, en el mismo momento que piensas que ya todo está perdido y bajas la guardia definitivamente, porque cuando ya no esperas nada, sucede absolutamente todo, una ley universal que siempre se cumple y que nadie sabe porque. Si alguien te da esa oportunidad y resiste a tu lado, se merece el mayor de los cielos y la más grande de las fidelidades para siempre.
Si hay una imagen que mejor resuma todo este periodo, es ese grafitti de Banski, en el que una niña suelta un globo en forma de corazón rojo. Aprender a soltar es un arte, lo mismo que saber amar a esa persona que se fue y no volverá. Aunque también, puede ocurrir, que alguien salte muy alto y coja ese globo que se te escapa y devolvértelo.
Canción para escuchar en bucle: Pass In Time – Beth Orton
Jordi Cicely
5 Comments
Sole
👏👏👏 Me ha encantado. Sabes que yo sufro de desbingüación crónica ya! Pero como dices, a pesar del dolor que esto conlleva, me consuela saber que aunque sea solo por momentos, es algo mutuo. Creo que es algo que me hace daño pero al mismo tiempo me hace más fuerte. Gracias por escribir del tema!!
florrobleda
Hay amores que lastran. Son como tierras movedizas que, cuanto más te retuerces para escapar, más te ahogan. Saber soltar, como tú dices, es la única forma de flotar de nuevo, por muy difícil e imposible que parezca. Ese globo, Jordi, que gran metáfora. Soltar para volar sin anclas, sin plomos en los pies. Una gran reflexión amigo.
laugurut
Es increíble como con palabras escritas en el orden correcto se remueven sentimientos y experiencias que creemos pasada, superadas e incluso olvidadas. ….este don lo tienen muy pocas personas y conseguir que » te enganche» es todo un reto.Pero solo un tío como tu es capaz de conseguirlo
Nueva fan incondicional de tus post’s 😉
Karen
Te he dicho ya que eres un jodío crack?
Nunca he entendido el fenómeno fan…chicas enloquecidas gritando el nombre de la persona a la que idolatran…y ahora me está ocurriendo a mí contigo!!!
Te contaré otro secreto…me estoy enganchando más y más cada vez que te leo…gracias por seguir escribiendo!!! Feliz Navidad, te mando un abrazo enorme!!!!
Ana Muniz
Muy acertado Jordi. Yo nunca he tenido claro si finalmente esa resonancia se agota o no .. esperemos… pero pierden poder y mucho .
Feliz año.
Besote xxx