Serendipia o aquella chica dulce
Todo comienza con un viaje en Semana Santa que no ibas a hacer, a una ciudad cualquiera de Europa. En un par de días lo tienes todo preparado y con una ilusión desbordante. La historia se fraguó a última hora y casi sin planear, que es cuando mejor salen las cosas. Y entonces llegas a esa ciudad que ya tan bien conoces, pero que no te cansas de visitar una y otra vez, mirando todo de nuevo, como si fuese la primera vez, asombrándote en cada esquina, en cada callejuela que te sabes de memoria, pero intentas engañar al alma, como si fuese la primera vez. El resto va sobre…