El hilo rojo
Existe una leyenda milenaria oriental, muy arraigada en Japón y en china, que habla de un hilo rojo invisible que une a las personas desde el mismo día en que nacen. Lo que aquí llamaríamos almas gemelas, pero que en las tierras del sol naciente, tiene una base romántica y nos la describe como una magia difícil de encontrar, con el destino como motor único de todo lo que viene detrás.
Por nuestra vida, pasan innumerables personas que formarán parte de nuestro mundo emocional. Desde el primer amor, hasta la persona con la que acabaremos compartiendo la mayor parte de los años que nos quedan por vivir y que se puede convertir en la madre o el padre de nuestros hijos. A todas ellas, las querremos en su momento con todas nuestras fuerzas y viviremos situaciones imborrables para recordarlas un millón de veces más. Pero durante nuestra existencia, por lo menos, una vez, nos encontraremos con una persona especial y que desde el primer momento sabremos que es distinta al resto. En este caso, la conexión total es brutal y hace que todo se tambalee desde el segundo cero. Te das cuenta de ello, porque una atmósfera especial se ciñe sobre tu figura desde el mismo instante en que os conocéis y entabláis las primeras palabras. Da igual que esto ocurra en persona, como en el mundo digital de internet. Es muy difícil de explicar, porque es una emoción nueva a todas las anteriores y no se parece a nada de lo que has sentido antes.
Y es cuando aparece ese momento mágico, saber que esa persona es la que has estado esperando toda tu vida, esa que has idolatrado e idealizado sin conocerla en millones de imágenes antes de irte a dormir, es algo maravilloso y raro a la vez. Por eso, muchas veces, al principio no lo asumes, porque todas tus experiencias pasadas se han ido creando a imagen y semejanza de tus intentos frustrados, que en muchos casos te han llevado a la desesperación o el hastío. Ahora sabes que esa imagen, en realizad tiene figura, alma, corazón y nombre y ahora está delante de ti por mucho que no quieras creértelo. Es un instante increíble, porque cuando ya habías perdido la esperanza de encontrarla, aparece ese hilo rojo en tu vida y que está unido a tu meñique con esta otra persona con la que hay esa conexión tan especial, incluso antes de haberos conocido.
Su invisibilidad a los ojos es total, ni tan siquiera, los que están entrelazados pueden verlo, pero la fuerza es tan sumamente grande, que nada puede hacer que se separen. Las personas anudadas por el hilo rojo, estarán toda su vida unidas entre sí por él. De hecho, la otra persona que está al otro lado del hilo, comprende, que ese otro, es lo que estaba buscando. A estas personas las sientes de otra manera, porque, aunque muchas veces esta vida os distanciará temporalmente, tendréis la sensación de no estar muy lejos el uno del otro, de sentiros como si estuvieseis al lado.
Con una persona unida por el hilo rojo, pueden pasar un montón de momentos llenos de emociones dispares, puede ser que os enfadéis mil veces, pero mil veces el hilo os unirá, os perdonaréis, os conoceréis de nuevo, incluso aprenderéis juntos. Tiene incluso el poder de curar vuestros duelos en la distancia y cuando esto ocurra, por arte de magia, el hilo rojo se recoge como un sedal a una velocidad endemoniada, para acercaros de repente una vez más. Al fin de cuentas las almas gemelas, necesitan la una de la otra para poder vivir y para poder estar conectadas y sentirse con fuerza, tienen que verse, aunque sea de lejos, de vez en cuando.
Y vivirás con esta persona mil emociones, que algunas veces os pasaran malas jugadas, porque el latido del corazón es tan parecido, que su bombeo de sangre se entorpecerá, demasiada pasión desbordada para llevarla de la mano. Incluso en un principio puede que huyáis, porque es difícil de asumir que esa alma gemela sea tan parecida a ti, y suele ocurrir, que una de las partes escape, se marche casi sin dar explicación y deje a la otra parte a la intemperie de la duda y la desolación. Pero esa huida es en vano y hasta necesaria incluso, dura el tiempo que tiene que durar y cuando la parte que se marchó, se da cuenta que jamás encontrará otra igual, el hilo, una vez más se recoge a gran velocidad y pondrá a jugar al destino en bonitas y a veces imposibles coincidencias y casualidades, para que ambos vuelvan a acercarse.
Cuando tienes enfrente de ti a una persona con la que estas unida al hilo rojo, sabes que quieres a esa persona en tu vida, que harás todo lo posible para darle espacio y que ella entre de una vez por todas y si no puedes, te alejarás, para curar tus heridas y en ese duelo de dolor inhumano, llevarás en tu pensamiento todos los recuerdos buenos que tuvisteis juntos, para saber, que cuando este infierno de curación termine, tu estés preparado para recibirla plenamente y sea por fin parte de tu vida.
Quizás os separéis por un tiempo, porqué las personas que están unidas por el hilo rojo, por lo menos una vez tienen que separarse, es la prueba de fuego, para que veas que el hilo rojo, puede alargarse, retorcerse, anudarse, tensarse al máximo, pero jamás se rompe y así daros cuenta de una vez por todas, que siempre estaréis unidos hagáis lo que hagáis. Y aunque daréis mil vueltas el uno y el otro, con otras personas, con otros amantes, en otros países, en otros viajes, siempre volveréis al punto de partida. Y durante este tiempo de separación, en el final de cada uno de tus pensamientos, tendrás esa sensación tan bonita de cuando alguien que ha sido especial está cerca y sabe cada uno de los movimientos que tú haces. Y entonces, concurrirán un montón de circunstancias, raras, un montón de casualidades, que rozan ya lo sobrenatural, como si el universo se confabulase para que cuanto más lejos estéis, os acerquéis de nuevo y no os olvidéis. Es en estos encuentros casuales, cuando el corazón late de una forma exagerada y coge fuerzas para cuando llegue el recuentro una vez más.
“Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper”
Y parecerán mil chicas, mujeres increíbles y encantadoras, pero que poco tienen que hacer con esa persona que echas de menos y a la que estas unida por el hilo rojo. No pueden, porque esta unión es especial, intransferible, única de vosotros dos y aunque ahora las cosas quizás no están bien, sabes que tarde o temprano se arreglarán y volverán a estarlo. Y cada recuerdo que tengáis juntos, de ese lugar que visitasteis, de esa canción que suena y que escuchabais siempre juntos, de esa prenda de ropa que a ella tanto le gustaba, te revuelve por dentro una especie de calor, que sale de tus entrañas y se expande por el resto de tu cuerpo hasta sacarte una sonrisa y que calma durante unos segundos su ausencia. Porque, aunque estéis lejos físicamente, cuando dos almas están conectadas emocionalmente, nada ni nadie lo puede impedir y tarde o temprano regresan a su esencia, regresan para estar juntos. Tan cerca, tan lejos…
Y recurrirás siempre a ella con tu pensamiento, para que anestesie una vez más, toda esa frustración que llevas dentro por el hecho de que tu última historia de amor haya sido otro fracaso, y solo te queda la estúpida esperanza de esperar que ella haga lo mismo contigo, cuando las cosas se le inviertan. Está siempre ahí, en tus pensamientos, y tiene el poder de aparecer tanto en los buenos como en los malos, en los primeros, la recuerdas con nostalgia benigna, esperando algún día volver a vivir aquellos bonitos recuerdos, en los segundos, la recuerdas como forma de escape y su nostalgia solo sirve para salvarte durante unos segundos, el tiempo justo que ella parece en tu cabeza para inundarlo todo. Solo hay un hilo rojo verdadero e intransferible, pero a veces, por ciertas circunstancias te topas con otro que te engancha, pero no es el tuyo ¿cuantas veces nos ha pasado? ¡Dios mío!
Y entonces, después de mucho tiempo sin veros, aparece la oportunidad, quizás en un concierto, en una fiesta, en un centro comercial, en la calle… Fue una señal, que los dos visteis de reojo y el hilo comienza a recogerse rápidamente para volver a acercaros y así hablar las cosas una vez más, porque ahora es distinto, porque ha pasado el tiempo, cada uno con su basura, filtrando todo lo que no habíais filtrado antes y por esa razón, hubo aquella explosión emocional sinsentido. La finalidad mágica de este hilo, no es otra más volverse a encontrar, aun cuando las circunstancias sean tan adversas, que uno cree que eso nunca más ocurrirá.
Pero a veces, aunque el hilo rojo os una por siempre, la historia se acaba, porque alguna vez, el destino es así de caprichoso y cruel, entonces, este hilo se nos presenta como una herida que nos quedará siempre en la frente y que nos dice que jamás vamos a poder olvidar ese amor perdido y que con el tiempo se convertirá en una herida sangrante continua. Y no hay más castigo que arrepentirse toda la vida de algo que pudo ser y no fue, porque no se luchó por ello lo suficiente. Así que, si no quieres vivir con este estigma toda tu vida, espabila, recorre el camino que tienes que recorrer y sigue el hilo rojo, que te marca como una flecha la dirección, solo tienes que seguirlo y disfrutar del camino hasta que te lleve a la ansiada meta, donde esta esa otra persona esperando seguramente con los brazos bien abiertos, para darte un abrazo enorme con el que se perdona absolutamente todo. El destino, caprichoso juez de nuestras vidas, muchas veces fino como un hilo ro…
Jordi Cicely
Canción para escuchar en bucle: Dreams – Timecop1983