El calor de febrero
Hoy no sé por qué, pero hoy me acordé de ti. Fue ahora de noche, al salir afuera a tirar la basura, noté un calor fuerte y esto trajo tu recuerdo a mi mente. Quizás fue por un olor, ya sabes que los olores te recuerdan momentos, personas, lugares, estaciones…Tengo que decirte que me trajo un recuerdo bonito, a pesar de que tú y yo no tenemos muchos… se cuentan con los dedos de una mano, sin embargo hoy uno de esos dedos se me puso entre ceja y ceja y me sacó un sonrisa. Aunque hace unos meses eso pareciese imposible, qué más da, sonreí pensando en ti y eso nunca más había sucedido desde que nos dejamos. No sé si es bueno o malo, si significa algo o si estoy volviéndome loco con esta nostalgia depredadora. También te diré que me da igual. Pero no sé, tenía que contártelo, mejor dicho, tenía que escribirlo para que tú lo leyeses, y quizás me arrepienta de hacerlo nada más terminar, pero llevo mucho tiempo sin escribir, sin inspirarme en nada ni nadie. Este espacio dominado por la nada, está durando demasiado, todos y todas me dicen que escriba algo ¡¡Joder!! Se creen que a la inspiración la llamas cuando quieres, no tienen ni puta idea de cómo va este rollo y quizás tú tampoco, pero qué más da, aquí te lo suelto por si lo lees.
Seguro que es este pueblo aburrido en el que vivo que me está enloqueciendo, tiene que ser, porque me ha entrado melancolía de ti, y seguramente es por este calor loco a principio de febrero, pero tampoco tiene mucho sentido, porque lo nuestro pasó en un invierno lluvioso y frío. No le encuentro otra explicación a que este calor me traiga el recuerdo del calor de tu cama, contigo a mi lado, el calor de tus abrazos, el calor de tus labios al besarnos, el calor de estar tirados juntos en el sofá, porque solo ahí tenemos recuerdos que vienen acompañados de una sonrisa. Fue nuestra isla en mitad de un mar salpicado de olas llenas de rabia. Las mismas que escucho al salir afuera al chocar contra la orilla de la playa a unos cuantos metros de aquí y que también me traen tu recuerdo, pero no acabo de comprender que lo haga el calor, ese que jamás sentimos más de una hora seguida, ese que nunca nos acompañó en nuestra aventura acelerada. Este calor de repente, parece haber pulido nuestras diferencias, parece haber suavizado tu carácter, parece haber edulcorado tu recuerdo.
Seguro que es este pueblo aburrido en el que vivo que me está enloqueciendo, tiene que ser, porque me ha entrado melancolía de ti, y seguramente es por este calor loco a principio de febrero, pero tampoco tiene mucho sentido, porque lo nuestro pasó en un invierno lluvioso y frío.
Te echo de menos, no sé por qué, pero me está pasando, y aunque quiero pararlo no puedo, es el calor que te arrastra a mí con fuerza, y de repente, echo de menos todos tus defectos, todos tus desplantes, tus perdones y nunca pensé en escribir algo así por ti.
Este aire cálido que choca contra mi cara me recuerda una y otra vez tus caricias, tus besos robados cuando yo estaba despistado mirando a otro lado, tus miradas suaves que pedían algo sin decir nada. Incluso hasta por momentos me invade tu olor corporal y que tan definido tienes tú, más incluso que tu perfume y que se metió en mi interior para no salir nunca más. Ese mismo que me hace girar la cabeza cuando alguien pasa a mi lado con un olor parecido que me recuerda a ti, me ha pasado tantas veces…Como el olor de tu aliento, que siempre me gustó y que no miento si digo que lo busqué en otras bocas, el olor de tu sudor en mitad de la noche después de hacer el amor, el olor de tu pelo después de lavarlo y que invadía toda la habitación a oscuras con nosotros inmóviles en el medio…Todo esto de lo que hablo, me viene en recuerdos llenos de emociones por todas partes y no sé por qué…
¡Joder! Echo de menos tu casa, tu habitación, tu cama, tu sofá…incluso tu cocina salón, donde pasamos la mayor parte del tiempo juntos y en la que escribimos parte de nuestra historia entre cuatro paredes. Sólo de pensarlo me entran unas ganas enormes de pararme delante de tu casa y llamar a tu puerta, pero yo no tengo el valor suficiente y tú no me ibas a abrir, así que para qué perder este momento de ilusión y aunque esto ocurriese, no se estaría mal del todo, porque fuera sigue haciendo este extraño calor.
Quizás esto sea el preludio de algo grande, sin ti, sin nadie, pero algo que se acerca con mucha intensidad y fuerza, tanto que ni puedo pararlo. Porque no quiero que vuelvas, por lo menos como eras antes, como yo también era antes, en una época en la que no estábamos vibrando en la misma intensidad. O incluso, sea la antesala a alguien que aparecerá y que sí borre tu recuerdo del todo y no me haga vivir más días tontos como éstos.
Este puto calor de febrero me está matando. Es todo tan raro, está todo tan fuera de lugar, que hace que te eche de menos, como jamás te había echado antes, ni cuando estábamos juntos, nos enfadábamos y nos separábamos por un tiempo, con el consiguiente retroceso de uno de los dos para pedirnos perdón y otra vez, volver a empezar. Sigo pensado por qué todo viene con este calor. Y he decidido escribirlo en esta noche de forma impulsiva, porque mañana hará más frío y comenzará a llover de nuevo, entonces ya no me acordaré más de ti, por lo menos como lo he hecho esta noche y todo volverá a ser como antes, como siempre quisimos tú y yo.
Jordi Cicely
Canción para escuchar en bucle: Weather Balloons – SUSTO
3 Comments
Marlene Woods
Hola Jordi:
Me encanta el nombre de tu blog. También me gustó tu relato. Visítame ¿no? Intercambiamos píldoras.
Abrazos,
Marlene.
cosasquetecontealoido
Por supuesto amiga, intercambiemos píldoras literarias emocionales, ¿que hay mejor que esto? Muchas Gracias por tus palabras. Besos.
AffiliateLabz
Great content! Super high-quality! Keep it up! 🙂